Los cinturones de seguridad de los
coches modernos tienen estos sistemas, pero antes de detallar su
funcionamiento, vamos a retraernos un poco en la historia. Al principio, los
cinturones eran de dos puntos y sujetaban la cadera, pero eran ineficaces para
sujetar el resto del cuerpo. Posteriormente llegaron los cinturones de tres
puntos, que sujetan cadera y torso.
Cuando un sistema mecánico detecta
un exceso de “tirada” sobre el cinturón, se bloquea, es por eso por lo que no
podemos sacar el cinturón con brusquedad. Este sistema presenta un grave
inconveniente, y es que tiene un tiempo de reacción, aunque bajo, en el que el
cuerpo del pasajero se aleja del asiento con el riesgo que eso conlleva.
Por eso se inventó el pretensor,
que en sus versiones iniciales funcionaba de forma mecánica o eléctrica. El
sistema más moderno es el pretensor pirotécnico, cuya misión consiste en tensar
el cinturón inmediatamente después de detectarse una colisión cuando la
centralita electrónica lo considera oportuno, y trabaja en conjunto con los
airbags.
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