El predecesor de los sistemas
modernos de control de tracción puede encontrase en los primeros coches de alto
par motor o de gran potencia en las ruedas traseras. Éstos comenzaron a limitar
el de una rueda con respecto a la otra,mediante un sistema conocido como
Positraction. Este sistema conseguía transferir la potencia a las ruedas de
forma individual reduciendo así el deslizamiento de estas, aunque permitía en
algunos casos que la rueda patinase.
Bosch fue el primero en fabricar
el sistema de serie en 1986 y Mercedes-Benz fue la marca de automóviles pionera
e introductora del sistema electrónico de control de tracción en el mercado.
Anteriormente, en 1971 la división
Buick de la General Motors introdujo el MaxTrac, que utilizaba un sistema capaz
de detectar el deslizamiento de las ruedas y de modificar el mecanismo de
transmisión para proveer a las ruedas de la máxima tracción posible, sin
deslizamiento. Una exclusiva de Buick en el tiempo, que fue opcional para todos
los modelos de coches, incluyendo el Riviera, Estate Wagon, Electra 225,
Centurion y el popular LeSabre. Cadillac también introdujo el TMS (Traction
Monitoring System) en 1979 en el rediseñado Eldorado. Fue criticado por su
lenta reacción y frecuentes fallos.
El control de tracción es un
sistema de seguridad automovilística lanzado al mercado por Bosch en 1986 y
diseñado para prevenir la pérdida de adherencia de las ruedas y que éstas
patinen cuando el conductor se excede en la aceleración del vehículo o el firme
está muy deslizante (ej.:hielo). En general se trata de sistemas
electrohidráulicos.
Funciona de tal manera que,
mediante el uso de los mismos sensores y accionamientos que emplea el sistema
ABS, antibloqueo de frenos, se controla si en la aceleración una de las ruedas
del eje motor del automóvil patina, es decir, gira a mayor velocidad de la que
debería, y, en tal caso, el sistema actúa con el fin de reducir el par de giro
y así recuperar la adherencia entre neumático y firme
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